¿Acabas de comprar un irrigador bucal? ¡Excelente decisión! Aquí tienes nuestros consejos para sacarle el máximo provecho y adoptar los hábitos adecuados desde el principio.
1. Comience con suavidad
Elige la presión mínima para los primeros usos, especialmente si tienes encías sensibles. Puedes aumentarla con el tiempo.
2. Incline la punta correctamente
Sujete la punta a 90° de la encía y dirija el chorro entre cada diente, sin forzar. Trabaje de atrás hacia adelante para no dejar nada sin limpiar.
3. Úselo después del cepillado.
El irrigador bucal no sustituye al cepillo de dientes: úsalo como complemento para eliminar los residuos restantes.
4. Cambie el agua después de cada uso.
Opte por agua tibia, especialmente si tiene dientes sensibles. También puede usar un enjuague bucal sin alcohol para potenciar su efecto antibacteriano.
5. Limpia tu dispositivo periódicamente
Enjuague el depósito, la boquilla y la base periódicamente para evitar depósitos y el crecimiento de bacterias.
Conclusión :
Con la técnica adecuada, el irrigador bucal se convierte rápidamente en un aliado indispensable. ¡Sigue estos consejos y tu boca te lo agradecerá!